miércoles, 15 de septiembre de 2010

Oso Polar


También llamado oso blanco, es el nombre común que recibe la especie de oso que habita en el hielo ártico y en las bahías de Hudson y James, en Canadá, así como en la costa este de Groenlandia.
Tiene un cuerpo más alargado y estilizado que el resto de los osos debido a sus costumbres acuáticas pero, al igual que las otras especies, su marcha es plantígrada, y en las zarpas tienen cinco garras afiladas y curvadas que utilizan para agarrarse al hielo y atrapar a sus presas.
Son animales bien adaptados a su entorno; las plantas de los pies están recubiertas por pelos largos que les proporcionan protección frente al frío del hielo, y las patas delanteras, además de tener unos pies muy anchos, están forradas por un pelaje más duro y rígido: las utiliza a modo de remo para nadar mejor.
Todos los osos polares son blancos, pero por el efecto de la luz pueden aparecier de color pardo, amarillento e incluso verde muy claro.
Los osos polares se alimentan de frutos, plantas, mejillones y algas marinas, pero sus presas favoritas son las focas, aunque de vez en cuando capturan morsas.
Los osos polares son animales muy robustos: un macho puede pesar hasta 800 kg, aunque el peso medio de las hembras es de 250 kg, y el de los machos de 350 kg.
Los oseznos recién nacidos son muy pequeños y no sobrepasan el kilogramo de peso. Sus ojos permanecen cerrados durante los 40 primeros días después de su nacimiento, tienen que tomar leche cada pocas horas y la madre los suele mantener cerca para proporcionarles calor. Los machos llevan una vida solitaria, vagando y cazando sobre el hielo, excepto durante la época de celo en la que se reúnen con las hemabras formando parejas.

El periodo reproductor tiene lugar entre los meses de mayo y junio, y el periodo de gestación dura unos ocho o nueve meses; parece ser que se da el fenómeno de la implantación diferida, de manera que el desarrollo del embrión no comenzará hasta el otoño.
La hembra suele parir una sola cría, a veces dos.
Al llegar el mes de octubre, se refugia en una osera construida por ella misma e hiberna hasta principios de marzo; entonces, saldrá al exterior con sus oseznos nacidos en diciembre o en enero. Los machos y las hembras no preñadas no realizan una verdadera hibernación, aunque pueden cobijarse en sus guaridas si el clima es adverso.

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